Imagen de Nuestra Señora de la Conversión

La imagen representa a Nuestra Señora y Madre de la Conversión Reconciliadora de los Pueblos y Gentes, la Sierva de la Hostia Santa y la Madre del Sagrario que sale a través de la puerta del Cielo portando en su mano derecha una copa que se está derramando sobre el mundo entero y en la otra mano una paloma blanca que expresa la reconciliación y la paz para todas las naciones.

Cuadro de Nuestra Señora y detalle de la cara

En su pecho sobresale un hermoso corazón radiante pero traspasado y sangrante que muestra la tristeza de la Madre por los millones de personas que son desgarradas por el dolor, encadenadas a los vicios y al pecado que son causa de división y guerra. Su corazón está coronado por una llama que representa el fuego del amor de Dios que quiere encender en los corazones de sus hijos que se encuentran envueltos en la frialdad del pecado. Ella, desde el Monte Santo está mirando con ojos de misericordia al mundo entero que se muestra a sus pies, y en el cual están representados sus hijos, que cuida con maternal solicitud y que bendice con amor. En su cintura porta una hermosa camándula dorada que nos invita a la piadosa oración del santo rosario, arma poderosísima contra el mal, a través de la meditación de los veinte misterios, en toda su riqueza y profundidad. Oración constante que nos llevará a una verdadera y completa conversión de nuestras vidas, de nuestras familias, de nuestra sociedad, pero cuya invitación no ha sido acogida por muchos de sus hijos, aún. Por la blancura del vestido, y el color azul con borde dorado brillante del cinto, nos recuerda que debemos conservar nuestras almas puras, con el pensamiento en el Cielo.

Alrededor de la Madre se encuentran un grupo de ángeles que revolotean graciosamente y representan a los niños que son abortados diariamente en el mundo, y esta es la causa del desgarramiento del corazón de la Madre y hace una llamada a toda la humanidad a una pronta Conversión y a la Reparación por tantas vidas inocentes que se pierden por el egoísmo del hombre día tras día. En su cabeza lleva una corona de rosas y en su falda varias de éstas mismas flores, que significan que en medio del dolor también existe la felicidad del consuelo.

(Ésta descripción fue inspirada por la Santísima Virgen a un Sacerdote, quien ha seguido paso a paso el desarrollo de ésta advocación y sus mensajes.)

Nuestra Madre nos pide volver a las costumbres de usar los sacramentales, las medallas benditas, los escapularios, las aguas benditas, la cruz en nuestras casas, protéjanse con éstas, que son armas de Dios.
Nuestra Madre pide: «volved al camino de Dios, convertíos a través de la oración, penitencia, sacrificio, ayuno, visitad al Santísimo, asistid a la Santa Misa, rezad constantemente el Santo Rosario conmigo, consagrad vuestros hogares al Sagrado Corazón de Jesús, no seáis indiferentes a mi llamado, es para que os defendáis de los ataques del maligno».